Redacta hacia 1604 su primera gran prosa: la Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos, exemplo de vagamundos y espejo de tacaños.
Esta novela picaresca narra cómo Pablos, hijo de delincuentes, congenia con Diego Coronel, joven noble, a quien sirve en el pupilaje del licenciado Cabra, pasando hambre. En la Universidad de Alcalá sufre gamberradas estudiantiles y las devuelve. Regresa a Segovia al morir su padre ajusticiado.
En la segunda parte encuentra un maestro de esgrima, un poeta y un ermitaño jugador. Su penoso tío, Alonso Ramplón, le entrega la herencia. Vuelve a la Corte. De camino, un hidalgo apicarado le alecciona para manejarse allí.
Mendiga en la tercera parte, hasta que un alguacil lo lleva a prisión, de donde sale a buscar matrimonio. Camela a una doncella, que resulta ser prima de su antiguo amo Diego Coronel, que lo descubre. Huye a Toledo con un grupo de cómicos y se hace galán de monjas. Escarmentado, marcha a Sevilla, donde mata un alguacil. Con una ninfa pasa a América, prometiendo segunda parte.
El Buscón pertenece a la picaresca, aunque suprime la moralización. A su autor le repele que el pícaro ascienda socialmente.
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![]() El Buscón manuscrito |
![]() Edición no autorizada de El Buscón |
![]() Manuscrito de la Premática de don Francisco de Quevedo |
De 1605 data el primero de sus Sueños:
El Sueño del Juicio narra la resurrección de los muertos, que responden de su vida. Es una sátira contra profesiones o estados sociales: juristas, médicos, carniceros... Desfilan Lutero, Mahoma y Judas.
En 1607 redacta el Alguacil endemoniado, en que el Licenciado Calabrés dialoga con un diablo encarnado en un alguacil.
Poetas, enamorados, mercaderes, jueces y mujeres habitan el infierno que el diablo describe.
En el Sueño del Infierno (1608) rechaza la senda de la virtud y sigue la ancha, entre jueces, hipócritas, mujeres, eclesiásticos, soldados, boticarios...
Los diablos reparten castigos a carniceros, hidalgos, tintoreros, cornudos, zurdos, taberneros, poetas, alquimistas, astrólogos... Reaparecen Lutero, Mahoma y Judas.
Posterior es El mundo por de dentro (1610): un anciano, Desengaño, instruye al autor sobre el mundo:
Ante un entierro, Desengaño denuncia la hipocresía de los parientes; ante una persecución de la justicia, la corrupción; una hermosa es pura mentira, a base de cosméticos; son falsos los cortesanos, los maridos, etc. Despierta Quevedo, conociendo su error


Sueño del infierno

Aguacil endemoniado

Nuestro autor seguía un movimiento que aunaba cristianismo y herencia clásica, especialmente la de Séneca: el neoestoicismo, reflejado en su correspondencia epistolar con el flamenco Justo Lipsio (†1606)
De ahora es España defendida (1609), escrito político contra una Europa hostil, erudito e histórico, con citas griegas y hebreas, infrecuentes en su época.
Acaso un bache espiritual lo lleva a la villa de La Torre de Juan Abad (Ciudad Real), su aldea hasta el fin.

en La Torre de Juan Abad
Entre 1613 y 1616 sirve en Sicilia al Duque de Osuna, lo que le hizo ganar en 1617, el hábito de Santiago. Sigue en Nápoles al servicio del duque. Se ignora su papel en la conjuración de Venecia.
En España escribe la Política de Dios y Gobierno de Cristo,
probablemente en 1619. Este tratado político, motivado por
sentencias evangélicas, expone la doctrina para un rey
justo, sin intrigantes ni malas influencias. Manuscrita hasta el reinado de
Felipe IV, se la dedicará en 1626. Su prosa satírica se proyecta en las Cartas del caballero de la tenaza (h.1620), inéditas hasta 1627. Refleja su experiencia italiana en Mundo caduco y desvaríos de la edad, entre 1620 y 1622. De 1621 son los Grandes anales de quince días, crónica del comienzo de Felipe IV en el trono. |
![]() Manuscrito del Sueño de la muerte |
El sueño de la muerte y el Marqués de Villena en la redoma es una visión: reúne a diferentes médicos, boticarios y cirujanos, seguidos de habladores. A continuación, la Muerte presenta personajes alegóricos: el Dinero, la Envidia, diversas Muertes, o personajes folclóricos y populares: de Juan del Encina a Pero Grullo, entre los que figura Enrique de Villena, que niega ser marqués y conoce la muerte de Felipe III y la relativa paz de Europa. Una frase cierra el sueño de manera abrupta.
Late en ellos la huella de Dante, pues califica de comedia el espectáculo del último sueño, aunque sus lecturas son amplias, como Lucrecio, De rerum natura.

Edición princeps de
la Política de Dios
Los comienzos de Felipe IV le ofrecen oportunidad de medrar en la Corte. El Conde Duque de Olivares supuso una alternativa al Conde de Osuna.
Quevedo apenas publica. El deseo de leerlo desemboca en ediciones no siempre autorizadas, que resultan hoy poco fiables.
En 1626 escribe su Cuento de cuentos. Se imprimen varias ediciones de la Política de Dios y Gobierno de Cristo (1626), de El Buscón (1626) y de los Sueños y discursos (1627).
De 1627 es el Discurso de todos los diablos o infierno enmendado, impreso en 1628, y semejante a los Sueños.

Edición de
Sueños y discursos con las Cartas del caballero de la Tenaza
En 1628 sufre su segundo destierro de apenas un año y la censura de algunas obras por la Inquisición.
Como caballero de Santiago defiende su patronato frente al de Santa Teresa en su Memorial por el Patronato de Santiago (1628). Refleja sus experiencias italianas anteriores a 1620 en el Lince de Italia o zahorí español.
El chitón de las taravillas (1630) es obra compleja, firmada por el licenciado Todo lo sabe, con pie de imprenta falso, en que se alude a la política económica de Felipe IV y del Conde Duque de Olivares.
En 1631 aparecen los Juguetes de la niñez con problemas de censura. Incluye obras festivas inéditas, como La culta latiniparla o el Libro de todas las cosas y otras muchas más, junto a otras conocidas, como el Cuento de cuentos o algunos Sueños.
Satiriza el Para todos, de Juan Pérez de Montalbán, con la Perinola.


Aparece su traducción de San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota (1634) y sus obras neoestoicas comenzando con:
La cuna y la sepultura (1634), que advierte de la muerte y la vanidad de la vida, mediante la doctrina de Séneca y del Evangelio. Glosa el Padrenuestro y apunta a la vida futura del alma.
Se celebra el 12 de Febrero de 1634 el matrimonio de Quevedo con Esperanza Mendoza, poco afortunado. Los trámites se interrumpieron por la muerte de doña Margarita, hermana del autor.
Redacta la Virtud militante (1634), impresa póstumamente, sobre cuatro pecados y cuatro calamidades de la vida, menos próximo al neoestoicismo.
Obra capital será el Nombre, origen, intento, recomendación y descendencia de la doctrina estoica. Defiéndese Epicuro de las calumnias vulgares (1635), en que proyecta su conocimiento de la filosofía griega y latina Escrita en 1633, De los remedios de cualquier fortuna no se publica hasta 1638. Traduce y glosa De remediis fortuitorum, obra que Justo Lipsio había denunciado como de Pseudo-Séneca.

La cuna y la sepultura
Desde 1635 vive en La Torre de Juan Abad, ocupado en la Segunda parte de la Política de Dios, según el plan de la primera, entretenido en pasatiempos domésticos o gastronómicos.
Comienza la hostilidad contra Francia, que encauza en su Carta al Serenísimo Luis XIII y en su Anatomía de la cabeza del cardenal Richelieu, personaje obsesionante. Soporta una sátira de Juan de Jáuregui.
Hacia 1636 concluye Quevedo su última gran prosa satírica, quizá de 1632: La hora de todos y la Fortuna con seso, inédita hasta 1650.
Júpiter y los dioses, lucianescos en lo chabacano, denuncian las arbitrariedades de Fortuna, que se justifica probando su constancia en lo inconstante. Por eso, revela la realidad tras la apariencia.
La obra muestra situaciones o personajes tipo. Tras fórmulas como "Cogióles la HORA", aparece la verdad: profesionales -médicos, alguaciles, escribanos- o alegorías -países, como Italia, Francia, Holanda- revelan su situación. Incluye La isla de los monopantos, opúsuculo antisemita de circunstancias.
Es, probablemente, su sátira más completa.

La hora de todos
Ahora descansa en "la aldea", elaborando una obra muy ambiciosa.
El Marco Bruto (1644) surge de glosas o comentarios -discursos- al texto que Plutarco dejó en sus Vidas paralelas. Quevedo encarna personajes históricos: Marco Bruto defiende, in extremis, la moral y la libertad de Roma. Añade oraciones de Bruto y fragmentos de Séneca el retórico, sobre este tema.
La muerte sorprendió a Quevedo en la segunda parte de este libro.
Detenido el 7 de Diciembre de 1639, es encerrado en San Marcos de
León, sin motivo aparente. Se insinúan malas relaciones con el Conde
Duque y buenas con Francia. Prisionero, defenderá en Providencia de Dios su existencia, su providencia en el mundo y la inmortalidad del alma. Entre las fuentes cita el Libro de Job y los escritos bíblicos. Repasa diferentes religiones orientales y teorías como la metempsícosis o las ideas platónicas sobre la composición y pervivencia de las almas. En prisión conoce la muerte de su esposa y la caída del Conde Duque de Olivares. |
![]() Manuscrito autógrafo de la Providencia de Dios |
Identificándose con el apóstol, escribe su vida, a partir de los Hechos de los apóstoles y otras fuentes escriturísticas.Enfermo y agotado en su aldea, elige el Convento de Santo Domingo, en Villanueva de los Infantes, para morir el 8 de Septiembre de 1645.
La prosa de Quevedo resulta compleja, por las distintas
redacciones, ediciones, manuscritos y alteraciones en que
aparecen, incluso con diferentes dedicatorias. Como técnica literaria usa la exposición o comentario a un texto, recurso heredado de las lecciones medievales. Se lee en Marco Bruto, la Política de Dios o Los remedios de cualquier fortuna, y, también, con variantes, en obras satíricas como La hora de todos y la fortuna con seso. |
![]() La caída para levantarse(Lisboa, 1648) |
Hoy se prefieren las obras satíricas de Quevedo, aunque quizá él apreciase más las ideológicas o doctrinales, menos editadas en la actualidad
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